La poesía de Phillis Wheatley

Phillis Wheat­ley (1753–84) nació en África Occi­den­tal, prob­a­ble­mente en Sene­gal, y fue traí­da en cal­i­dad de escla­va a Boston en 1761 cuan­do tenía siete u ocho años. Estu­vo al ser­vi­cio de Susan­na Wheat­ley, esposa del com­er­ciante John Wheat­ley. Esta pare­ja la educó en griego, latín, inglés, his­to­ria y teología, entre otras mate­rias. Según las inves­ti­ga­ciones de Vin­cent Car­ret­ta, los esposos tuvieron un vín­cu­lo emo­cional inmedi­a­to con Phillis, debido a que tuvieron una hija que murió a los siete años[1]. Wheat­ley escribió sus primeros poe­mas cuan­do era aún una ado­les­cente y pub­licó el libro de poe­mas Poems on Var­i­ous Sub­jects, Reli­gious and Moral en Lon­dres en 1773 gra­cias al aus­pi­cio filantrópi­co de Seli­na Hast­ings, Con­de­sa de Hunt­ing­don, quien en ese entonces ya había sido respon­s­able de pub­licar la auto­bi­ografía del escla­vo Ukaw­saw Gron­nio­saw[2].

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Wheat­ley fue la primera afrode­scen­di­ente en pub­licar un libro de poe­mas en lengua ingle­sa. Su escrit­u­ra demostró conocimien­to de la lit­er­atu­ra greco­lati­na, como mues­tra su poe­ma “To Mae­ce­nas”, así como su interés en reflex­ionar sobre la esclavitud:

“On Being Brought from Africa to America”

Twas mercy brought me from my Pagan land,
Taught my benighted soul to understand
That there's a God, that there's a Saviour too:
Once I redemption neither sought nor knew.
Some view our sable race with scornful eye,
"Their colour is a diabolic die."
Remember, Christians, Negros, black as Cain,
May be refin'd, and join th' angelic train.[3]
“Sobre ser trasladada de África a América”

Fue misericordia la que me trajo de mi Tierra pagana,
Le enseñó entendimiento a mi ignorancia infame
Que hay un Dios, que hay un Salvador también:
Cuando yo no busqué ni conocí redención.
Algunos vieron nuestra raza de sable con ojos desdeñosos,
“Su color es una matriz diabólica”.
Recuerde, Cristianos, Negros, negros como Caín,
Deben ser refinados, y unirse al tren angélico.

De esta man­era procla­ma la inte­gración social de las per­sonas en fun­ción de la instruc­ción en el cre­do reli­gioso. En 1772, antes de la pub­li­cación de este vol­u­men, Wheat­ley fue eval­u­a­da por diecio­cho int­elec­tuales y per­son­al­i­dades de Boston para deter­mi­nar si era real­mente la auto­ra de los poe­mas. Según Hen­ry Louis Gates la trascen­den­cia de este hecho sig­nificó que: “If she had indeed writ­ten her poems, then this would demon­strate that Africans were human beings and should be lib­er­at­ed from slav­ery” [Si ella efec­ti­va­mente había escrito sus poe­mas, entonces esto demostraría que los africanos eran seres humanos y que debían ser lib­er­a­dos de la esclav­i­tud][4]. Esta pos­tu­ra resulta­ba cru­cial para la ten­den­cia abo­l­i­cionista que comen­za­da a exac­er­barse en Nue­va Inglater­ra. El tes­ti­mo­nio afir­ma­ti­vo de ver­i­fi­cación de la autoría de Wheat­ley se pub­licó en las primeras pági­nas de su libro. Después de pub­li­car­lo fue eman­ci­pa­da y ganó fama en Inglater­ra y en las colo­nias amer­i­canas. Entre sus com­posi­ciones más fre­cuentes se encuen­tran elegías a ami­gos y extraños, que escribió por encar­go, y temas religiosos:

“On Virtue”

O thou bright jewel in my aim I strive
To comprehend thee. Thine own words declare
Wisdom is higher than a fool can reach.
I cease to wonder, and no more attempt
Thine height t’explore, or fathom thy profound.
But, O my soul, sink not into despair,
Virtue is near thee, and with gentle hand
Would now embrace thee, hovers o’er thine head.
Fain would the heaven-born soul with her converse,
Then seek, then court her for her promised bliss.
 
Auspicious queen, thine heavenly pinions spread,
And lead celestial Chastity along;
Lo! now her sacred retinue descends,
Arrayed in glory from the orbs above.
Attend me, Virtue, thro’ my youthful years!
O leave me not to the false joys of time!
But guide my steps to endless life and bliss.
Greatness, or Goodness, say what I shall call thee,
To give a higher appellation still,
Teach me a better strain, a nobler lay,
O Thou, enthroned with Cherubs in the realms of day![5]
“Sobre la virtud”

Oh tú joya brillante en mi objetivo me esfuerzo
En comprenderte. Tus propias palabras declaran
La sabiduría está más arriba de lo que el tonto puede alcanzar.
Dejo de preguntar, y no intento más
Explorar tu altura, o desentrañar tu profundidad.
Pero, oh mi alma, no se hunde en la angustia,
La Virtud está cerca tuyo, y con mano cuidadosa
Te abrazaría ahora, planea sobre tu cabeza.
El alma nacida-del-cielo conversaría con ella de buen grado,
Luego la busca, luego la corteja por su dicha prometida.
 
Reina auspiciosa, sus alas celestiales despliega,
Y dirige una Castidad celestial con ella;
¡Mirad! Ahora desciende su sagrada comitiva,
Engalanada en gloria de las esferas superiores.
¡Cuídame, Virtud, durante mis años mozos!
¡Oh no me dejes ante las alegrías falsas del tiempo!
Pero guía mis pasos a la vida eterna y al gozo.
Grandeza, o Bondad, di cómo debo llamarte,
Para darte un nombre mayor todavía,
Enséñame un mejor esfuerzo, un canto más noble,
¡Oh Tú, entronizada con querubines en los reinos del día!

En 1778 Wheat­ley se casó con John Peters, un negro libre con aspira­ciones de nego­cios. Después de la Guer­ra de Inde­pen­den­cia de Esta­dos Unidos (1775–1783) su situación económi­ca decayó pro­fun­da­mente debido a la escasez gen­er­al­iza­da de empleo y la com­pe­ten­cia dis­par en el mer­ca­do lab­o­ral entre blan­cos y negros. Sigu­ió escri­bi­en­do y pub­licó en revis­tas poe­mas de corte nacional­ista y de orgul­lo inde­pen­den­tista. Lam­en­ta­ble­mente, murió en extrema pobreza. Wheat­ley fue pio­nera de la tradi­ción lit­er­aria afroamer­i­cana y, por tan­to, la res­o­nan­cias políti­cas y estéti­cas de su vida y su escrit­u­ra seguirán enrique­cien­do los estu­dios sobre la cul­tura de la diás­po­ra africana.


[1] Car­ret­ta, Vin­cent. Phillis Wheat­ley: Biog­ra­phy of a Genius in Bondage. Athens: Uni­ver­si­ty of Geor­gia Press, 2011. p.14.

[2] Louis Gates, Hen­ry. The tri­als of Phillis Wheat­ley: America’s first Black poet and her encoun­ters with the found­ing fathers. New York: Bas­ic­Civ­i­tas Books, 2003. p. 30.

[3] Wheat­ley, Phillis. Poems on Var­i­ous Sub­jects, Reli­gious and Moral. Philadel­phia: Joseph James, 1773. p. 10. (Tra­duc­ción mia).

[4] Ibid. p.27.

[5] Ibid. p.8. (Tra­duc­ción mia).